EN BUSCA DEL LÁPIZ PERFECTO

Una correcta prensión del lápiz puede condicionar la letra del niño. Es importante que la escritura sea cómoda para que pueda centrarse en otros aspectos como "qué letra es" o "va dentro de la pauta". Una prensión cómoda del lápiz no es tanto que la mano sujete el lápiz de la manera correcta, sino que la sujección del lápiz le facilite un movimiento fluido para ejecutar el trazo.
Cuando el niño está aprendiendo a escribir, a dibujar y a colorear; necesita que el lápiz se adapte a su mano de la mejor manera posible, y no al revés. Personalmente no soy partidaria de los famosos "adaptadores" pues tienen varios inconvenientes como que se resbalan hacia la punta o, al ser de goma, hacen que la mano sude más de lo normal. Tampoco recomiendo lapiceros redondos o recubiertos de plástico (normalmente los de publicidad o con dibujos impresos) pues resbalan y la sujección se hace complicada.
El lápiz más usado y que permite un control del mismo más adecuado es el lápiz hexagonal. Cuando el niño está comenzando y/o tiene más dificultades de psicomotricidad fina existen lapiceros triangulares con mayor grosor que los anteriores.
En el mercado podemos encontrar portaminas con la posición de los dedos marcada. Cuando se inicia la escritura no hay problema para usarlo pero, si no es así, recomiendo que el niño pruebe su uso antes pues, si la posición de escritura de la mano del niño no es la del portaminas, su uso puede ser incómodo.
En cuanto a las pinturas, existe gran variedad de formatos, por lo que las recomendaciones son las mismas que las de los lapiceros.

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