EL BORRADOR, AMIGO O ENEMIGO

En un post anterior os expliqué cuáles son los lapiceros más adecuados para los escritores novatos. Un compañero inseparable es el borrador o goma de borrar. No pretendo hablaros del mejor borrador pues, aunque tengo mis preferencias, no es lo que me ocupa. No obstante debéis preocuparos de que, valga la redundancia, borre bien.
Lo que quiero explicaros es el sentimiento que deben tener los niños hacia el borrador. Es habitual que eviten por todos los medios su uso ya que es "lo que los adultos usamos para corregir lo que han hecho mal". También es un objeto que les hace repetir el trabajo desde cero aunque no siempre entienden porqué. Además, como su control motriz es aún algo torpe, cuando borran ellos borran de más.
Es importante hacerles entender que hay que borrar para hacerlo mejor, sin transmitirles que lo ha hecho mal. Es obvio que lo hacen mal, están aprendiendo, pero hay que ir exigiendo progresivamente; comenzando por borrar cosas muy puntuales. Poco a poco, sabiendo qué hace bien y que es capaz de hacerlo mejor, él mismo  irá dándose cuenta de sus propios errores.
Si el error no está en el trazo sino en que se ha equivocado de letra, ha omitido alguna, ha escrito algo que no corresponde, etc., antes de borrar debemos invitarle a revisar. Si él mismo encuentra el error se considerará un logro, de manera que sea capaz de autocorregirse fomentándose así el hábito de autorrevisión de sus trabajos.
Acordaos que el mensaje que siempre debemos transmitir es "está bien pero se puede mejorar".

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