DESPACITO Y BUENA LETRA


Vivimos en una sociedad donde se premia la velocidad, y ha creado la necesidad en todos nosotros de ir deprisa, trabajar deprisa y buscar mil métodos para reducir la velocidad en nuestras tareas.
No perder el tiempo, sobre todo en algunos momentos, es importante. Pues optimizando (aprovechando) el tiempo para realizar las tareas, se amplía el tiempo de ocio. No obstante, este aspecto es un arma de doble filo pues hace que los niños tengan como objetivo "terminar pronto", cuando debería pasar a un segundo puesto tras "hacerlo bien"
Al igual que en el arte de la cocina, hay que encontrar el punto justo entre que quede crudo y que se queme el guiso. Hay que ayudar a los más pequeños para que aprendan a dedicar a cada tarea su tiempo justo, que se encuentra entre "esta letra no se entiende y has contestado sin pensar" y "tienes desgastada la pared de tanto mirarla"
Para evitar lo primero, deben aprender a base de ensayo-error. Tienen que interiorizar que las prisas provocan más retrasos, pues en muchos casos tienen que dedicar tiempo extra a corregir e incluso rehacer el trabajo hecho. Pero cuidado, si hay respuestas mal contestadas pero las han pensado, debemos dejar que se corrijan en clase. Simplemente lo comprobamos repasando con ellos la tarea guiándoles para que sean capaces de corregir sus propios errores (en el caso de haberlos cometido por el despiste que provocan las prisas).
Para el segundo caso, todos sabéis que hay niños que les cuesta más concentrarse. Para ello, un método muy usado es la campana de Gauss aplicada a la concentración. Yo siempre recomiendo la siguiente rutina:


     1º: Preparación de la sesión de trabajo. Sacamos los libros y la agenda. Consultamos la agenda para exámenes y actividades apuntadas. Buscamos las páginas de libros y cuadernos. Preparamos el material que van a necesitar. Si van a necesitar consultar en el ordenador o tablet, es el momento de encenderlos.
     2º: Colocación, en una pila, de los libros con sus cuadernos desde la tarea-asignatura que más cuesta hasta la que menos.
     3º: Ahora están en lo más alto en el nivel de concentración y atención. Se trabaja en el orden marcado. Primero lo que más les cuesta para seguir con la que menos. Esto alargará el nivel de concentración pues las tareas que menos les cuesta suelen ser las que más les gustan (motivan).
Para cada asignatura, independientemente del curso, es aconsejable una lectura del texto de la página. Es recomendable no obstante que se lea no sólo la página, sino desde el principio del tema hasta la misma; y no sólo de las asignaturas con deberes, sino de todas. Esto, ni más ni menos, es estudiar todos los días.
     4º: Preparación para el día siguiente. Consultamos el horario y colocamos la mochila. Miramos si se necesita llevar algo extra para alguna actividad especial al día siguiente o en los días próximos, por si hay que comprar o hacer algo.
Igual que todas las rutinas que queremos que aprendan, esta tarea debe estar supervisada y acompañada por el adulto. Poco a poco, el adulto se retirará en tareas pequeñas o periodos cortos hasta desaparecer completamente (aunque disponible para dudas o consultas). Esto fomenta la autonomía y crea un hábito de trabajo y estudio eficaz válido para toda la etapa escolar.
Por último recordamos el dicho que da título a la entrada: "despacito y buena letra" que yo he transformado para darles un mensaje motivador a los niños: "no hay que hacerlo rápido, hay que hacerlo bien"

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