¿TEXTOS CON IMÁGENES O IMÁGENES CON TEXTO?

Por norma general las lecturas evolucionan según la edad de los lectores a los que se dirige en varios factores:
- Tamaño de letra
- Longitud del texto
- Temática del texto
- Complejidad del texto en vocabulario y redacción
- Tamaño de las imágenes
En cuanto al último punto, las imágenes que ilustran a los textos evolucionan desde imágenes a todo color que ocupan la totalidad de las páginas con pequeños textos integrados en las mismas hasta reducirse a imágenes monocromáticas en algunas páginas del libro, desapareciendo en libros para adultos.
Las imágenes ayudan a comprender el texto y a involucrarlo en la lectura. Esto es imprescindible con los más pequeños pues están aprendiendo a comprender. Con los cuadernillos para practicar la lectura, las imágenes suelen jugar una mala pasada ya que muchos niños no leen sino que nombran el dibujo por lo que más que ayudar, bajo mi punto de vista perjudican.
Cuando los niños crecen, deben aprender a leer sin imágenes, porque les ayuda a fomentar la creatividad y a construir en su mente el mundo del cuento tal y como ellos lo imaginan, y no como el ilustrador les "impone". Para llegar a este punto, el niño debe haber llevado un proceso de interiorización y maduración de la comprensión óptimo para que la motivación ante lecturas sin imágenes sea buena.
Para trabajar este aspecto, recomiendo dos actividades sencillas que ya os he comentado en otras ocasiones: ilustrar textos y describir ilustraciones. En la ilustración de textos, puede ser desde una ilustración para todo un texto, hasta ilustrar un cuento por partes, tal y como aparece en los libros infantiles. La redacción de ilustraciones puede ser meramente descriptiva o una narración completa de una posible historia basada en una o varias imágenes.
En todo caso, leer ofrece al lector un viaje personal que cada uno construye en su interior. Las ilustraciones, así como las películas basadas en libros, nos dan una visión particular de dicho texto que puede o no ser cercana a la nuestra. Debemos invitar al niño a realizar ese viaje y a compartirlo con otros para enriquecer aún más dicho mundo interior.