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En esta entrada intentaré especificar las múltiples herramientas que son necesarias para resolver un problema matemático. Quizá una de las primeras que todos se plantean es, sin duda, ser capaces de resolver la operación. No obstante este tema es secundario, el último en mi lista, pues es lo más automático y lo que menos cuesta a los niños. Al enfrentarse a un problema, lo primero que se tiene que conseguir es completar su lectura, dándole un sentido completo como texto. Para ello, el niño debe saber lo que significan todas las palabras, algo que no es tan importante en cualquier otro tipo de lectura. Tras esto, debe comprender el texto globalmente, para luego ser capaz de extraer los datos básicos y las relaciones entre ellos. Lo especificaré en algunos ejemplos: Diego ha comprado una camisa de 35€ y le han hecho una rebaja de 5€. Si tenía 80€, ¿cuánto le  queda después de pagar la camisa? Tiene que saber qué es una rebaja, que la rebaja se resta al precio del producto y que l...

Ya os he hablado anteriormente de la importancia de que los niños sean capaces de reconocer cada uno de los fonemas (letras) que componen una palabra. Esto es, ni más ni menos, la concienciación fonológica. Es una de las dificultades más comunes y se manifiesta con las típicas omisiones o intercambios de letras al escribir. Cuando esas omisiones son al leer, es más común que tengan otras causas como dificultades de atención o de discriminación. Cuando comienzan el aprendizaje de la lectoescritura, es necesario que el niño conozca los sonidos de las consonantes. Así, cuando deba escribir una palabra, sepa que es necesario escribir todos los sonidos (vocálicos y consonánticos) en el orden concreto en el que se escuchan. Cuando ya tienen cierto manejo con la mayoría de las consonantes, podemos practicar esto de varias maneras: - Dictándole palabras con letras que conoce y maneja - Mostrándole imágenes para que escriba el nombre - Dándole las imágenes y las palabras para que las relaci...

Siguiendo con la entrada anterior, esta vez vamos a concretar lo necesario para que los niños lean correctamente. Al contrario de las múltiples necesidades que deben tener para escribir, leer debe formar parte del tiempo de ocio y, por tanto, no tener unas normas establecidas. El sofá, la cama, sobre un cojín en el suelo,... y quién no ha disfrutado de un buen libro en la playa. Cualquier sitio es bueno para leer. Y así es como se lo debemos transmitir a los niños. Evitar los formalismos, las obligaciones, las restricciones... Leer es disfrutar, aprender, viajar, soñar,... y no deben estar circunscritas a un espacio, a un tiempo y ni siquiera a un libro. En el aula, también hay que saber motivar a los niños ante lecturas comunes, pues deben suponer una posibilidad de intercambio de impresiones con sus compañeros y no una alienación ante lecturas que son "obligatorias". Así mismo, y dependiendo de lo que estemos leyendo, se hace necesario el uso del diccionario. La decisión...